sábado, 6 de diciembre de 2008


EMBAJADA DE LA REPÚBLICA DEL LÍBANO EN BUENOS AIRES, ARGENTINA
04/12/08
Mensaje del Sr. Presidente de la República del Líbano, General Michel Suleiman, por el 65º Aniversario de la Independencia del Líbano

Informaciones de la Embajada del Líbano editadas en Rebanadas:
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Rebanadas de Realidad - Embajada del Líbano, Buenos Aires, 03/12/08.-

Queridos libaneses:

Todos por la Patria,
Todos por la Patria, éste es un compromiso que reiteramos en todo momento, adultos y jóvenes, mujeres y hombres, respondemos al llamado de la Patria cada vez que atraviesa adversidades.
Desde la antigüedad, la independencia fue libertad, y nos ha costado sacrificios, destrucciones, desplazamientos, desgracias de la vida y martirio.

La independencia todavía es libertad, soberanía, dignidad y sacrificios, por la cual sacrificamos lo más caro y precioso.

Por esta independencia, hombres y héroes –conocidos y desconocidos- fueron encarcelados, golpeados, humillados y perseguidos.

Por esta independencia, fueron martirizados presidentes de la república y primeros ministros, religiosos y civiles, periodistas, militares y hombres de la resistencia; entre ellos, hoy recordamos particularmente a quienes cayeron en este glorioso día.

La independencia no se concibe apartada del Ejército, que la acompañó y la protegió durante 65 años, ofreciéndole sacrificios y entregándole mártires, como los grandes, heroicamente y en silencio, para conservar el honor de la patria y la seguridad y dignidad de los ciudadanos.

Ante la ocupación, el Líbano logró, a través de su pueblo, del Ejército y de la Resistencia liberar los territorios, a excepción de áreas aún ocupadas en las granjas de Shebaa, las colinas de Kafr Shuba, y el norte de la aldea Al Ghajar. El Líbano también recuperó a todos los prisioneros y detenidos libaneses de las prisiones del enemigo israelí.

La Nación se construye y la independencia se logra solamente a través de sacrificios.

Pero el sacrificio no es solamente de sangre y corazón, también es compromiso con el deber y disposición al trabajo por el bien común, porque la independencia es una causa.

Los libaneses declararon su independencia en el año 1943; en los años sesenta buscaron construir el Estado de esa independencia; luego de una década, casi caen en la trampa de la independencia de los estados pequeños.

Si hoy debemos hacer nuevos sacrificios, individual o colectivamente, que sean por un proyecto de reconstrucción de un Estado unificado, capaz y justo, lejos del favoritismo y el nepotismo. El Aniversario de la Independencia hoy nos convoca a trabajar para establecer las reglas de este proyecto y elevar su edificación.

Durante los últimos seis meses, hemos actuado para determinar las prioridades, para crear una visión que proteja la independencia, para priorizar el diálogo y el consenso, y para reavivar el trabajo de las instituciones. Así se formó el gobierno de voluntad nacional unificado, y se aprobó una estrategia integral de ministros. Se reestablecieron las relaciones libanesas-sirias sobre firmes y claras bases que produjeron vínculos diplomáticos y un informe conjunto que constituye una referencia para la acción y el seguimiento de varios asuntos. Los mecanismos de legislación que viabilizan la reconstrucción del Estado recuperaron su vitalidad. Para promover el proceso nacional, se realizó la mesa del diálogo, partiendo de lo fue previamente acordado en el Congreso del Diálogo Nacional y de lo decidido en Dawha.

Una de las prioridades del Diálogo Nacional es la elaboración de una estrategia para proteger al país, que se basa en elementos de poder nacional representado por el poder militar, político, económico y diplomático.

Ha existido progreso en lo que concierne a la calma en la política, en los medios y en las reconciliaciones; lo cual espero, se completen en el futuro cercano. Se realizaron resultados concretos en lo relacionado a mantener y velar la seguridad, y el arresto de redes de espionaje israelíes y células terroristas que apuntaban contra al ejército y la seguridad de los ciudadanos. Esto requiere de nosotros más solidaridad y concientización. Estos acercamientos y remedios establecieron un clima general de armonía y equilibrio en varios niveles.

Fue necesario, para compensar la ausencia del Líbano y de sus intereses en la plaza internacional en los últimos años, hacer un esfuerzo especial en las capitales de los países eficientes y en los foros internacionales. Así fueron llegando las posturas de apoyo y simpatía de los líderes del mundo, afirmando la recuperación del Líbano y de su posición a nivel regional e internacional, de acuerdo con su misión y su rol distintivo en esta región.

Asimismo, fue necesario crear una red de seguridad para preservar nuestro interés nacional y el asunto de la seguridad, estabilidad y desarrollo en el Líbano.

En este marco, también buscamos una paz justa y duradera en Medio Oriente, basada en las resoluciones pertinentes de la ONU y en la iniciativa de la Paz Árabe, aprobada en la cumbre de Beirut en el 2002, que no permite ninguna forma de ocupación.
En nuestras visitas al exterior, hemos manifestado un especial interés en fomentar la comunicación entre los libaneses esparcidos por el mundo, para que recuperen la confianza en su país que retornó a ellos con una palabra y una posición unificada, para que estén orgullosos de pertenecer a su madre patria, para motivarlos a que inviertan más en el Líbano y para reforzar los lazos de fraternidad y los mecanismos de solidaridad con sus hermanos residentes en este país.

Queridos libaneses:

Si bien la independencia posee una dimensión política, representada a partir de 1943 a través de nuestra soberanía internacional, y luego a través de nuestro éxito en liberar la mayoría del territorio; y una dimensión de seguridad traducida en nuestros incansables esfuerzos para reforzar nuestras capacidades militares, la independencia de la Nación es incompleta sin la independencia judicial y sin el establecimiento de un Estado de derecho, con instituciones transparentes y justas que luchan contra la corrupción, buscan la reforma y brindan igualdad de oportunidades, fomentando la libertad individual, el sentimiento de pertenencia nacional y la comprensión del real significado de la independencia.

La independencia de la patria se consolida únicamente a través de alejamiento del ciudadano de la pobreza, ignorancia y enfermedad y lo que de ellas derivan en cuanto a humillación, destrucción de la creatividad, escasa productividad, contaminación ambiental e inmoralidad.
Esto requiere que el Estado y las fuerzas vivas del país presten especial atención a los problemas económicos, sociales, de vivienda, educación, y salud, que ocupan diariamente un significativo lapso, esfuerzo y ahorro de los ciudadanos, y que dominan nuestro pensamiento colectivo e individual. Esto a pesar de nuestro éxito en mantenernos alejados de las implicancias de la crisis financiera que confundió los mercados y sociedades del mundo, y demostró la dificultad de mantener la independencia en un mundo interrelacionado e interdependiente en varios niveles, lo que requiere de nosotros consolidar permanentemente la calma interior y la confianza que motiva la inversión.
La Independencia no es únicamente una ocasión para recordar un glorioso día de nuestra historia, una situación circunstancial en la cual nos apoyamos, o una revolución pasajera cuyas ganancias se colocan en los bolsillos, si no es un acto de fe que se renueva y una lucha permanente.

Queridos libaneses,

En estos tiempos en los cuales caen sobre el estado muchas responsabilidades además del deber fundamental de construir y mantener la Independencia, el ciudadano en el país y los libaneses esparcidos en el exterior, tienen un rol esencial en apoyar la consolidación de esta Independencia para reforzar su inmunidad.

En este marco, el pueblo libanés, y en especial los jóvenes, pueden cuestionarnos y juzgarnos, ya que afortunadamente vivimos en un sistema democrático en el cual se permiten los cuestionamientos y los pronunciamientos, y consecuentemente elevar sus inquietudes al Consejo Parlamentario en el cual encomiendan su seguridad, desarrollo y destino. Este organismo es el que puede servir de manera más óptima los objetivos de la Independencia. No se olviden, queridos alumnas y alumnos del Líbano, que la democracia es un estilo de vida que se ejerce, y que ustedes tienen que empezar a implementarla en ustedes mismos y en sus clases antes que nada, a través del respeto hacia la opinión del otro, lejos de cualquier abuso, ofensa y violencia.

La Independencia se fomenta a través del respeto de todos los ciudadanos hacia las leyes, el alejamiento de la corrupción, y el compromiso hacia los valores morales sin los cuales una nación no puede establecerse, y la preocupación del ciudadano en proteger al medio ambiente, el compromiso con las reglas de la buena educación cívica, y el alistamiento en varias actividades de la sociedad civil que tienen como objetivo reforzar la resistencia y la solidaridad y promover la esperanza.

Igualmente, la Independencia se consolida si cada individuo de la sociedad se compromete, en su pensamiento y en su trato con el otro, con los requerimientos de la reconciliación de la unidad nacional y con el espíritu de la moderación, que tiene que ser una cualidad de todo libanés que comprende la esencia de su pertenencia. Ya que el trabajo de conservar al Líbano como un país distinguido y único por su misión de ser un país de convivencia, dialogo y fraternidad, es una forma esencial de Independencia. Confíen, queridos jóvenes, que la sabiduría y la moderación son caras del heroísmo.

Ya que llegamos a un consenso en los congresos del dialogo nacional, en el discurso sobre la finalidad de la entidad y en los principios que guían la acción nacional, empecemos juntos e inmediatamente la obra de la reconstrucción, y movámonos rápido de la realidad de la autoridad, hacia la realidad del Estado.

Queridos libaneses,

Hoy nos comprometemos a buscar reconstruir un estado civil, unificado, capaz y justo, que se base en el principio de la lealtad absoluta hacia la patria, hacia el derecho de la correcta práctica de la democracia, y hacia la ciudadanía verdadera. Entrelacemos nuestras manos, como ciudadanos, como sociedad y como nación, y busquemos que los hechos igualen las palabras, con esperanza, fe, nueva determinación, y con una renovada auto- confianza.
Que vivan todos y que viva el Líbano

El presente comunicado se edita en Rebanadas por gentileza de la Embajada del Líbano, Buenos Aires. / Web
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